"Fue un soldado ejemplar, inteligente, imaginativo y visionario, de recia personalidad, audaz y decidido ... un verdadero líder. No toleraba contradicción, timidez o incompetencia, pero era apreciado por sus hombres por su constante preocupación por su seguridad y bienestar. Su obra fue tan amplia, completa, generosa y perdurable que podemos afirmar que -en materia de aeronáutica- después de él no quedó nada por crear. 
Para todos los que han seguido después, marcó una senda con su ejemplo de servicio impersonal, de sacrificio, honestidad, franqueza, sin claudicar jamás ni aun ante las presiones a que le sometieron los intereses particulares. Con él nació ese espíritu de defender los principios en que cree cada uno de los 
integrantes de la Institución, monolítica 
en su personalidad, formada en la soledad del espacio en donde las decisiones que se toman no aceptan vacilaciones y requieren de hombres seguros de sí mismos, racionales y de estilo propio."

Del discurso pronunciado por el General del Aire 
Don Fernando Matthei Aubel Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea de Chile, el 21 de marzo de 1980.

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